Los consultores Virginia Villena y Pilar Moreno de la multinacional británica Hays especializada en seleccionar profesionales cualificados lo tienen claro: en la actualidad, en el sector jurídico el abogado de empresa o abogado in house es el profesional más demandado.
Los despachos de abogados han reducido drásticamente su plantilla, apenas el 10% de la contratación total, mientras que las empresas aumentan la contratación en las suyas. En apenas cinco años el panorama laboral ha experimentado un cambio radical.
Tradicionalmente en la carrera profesional de un abogado el recorrido habitual era formarse en despachos durante varios años hasta lograr el nivel requerido por las empresas para convertirse en un abogado in house. Actualmente, ese paso previo no siempre resulta necesario «Hoy los despachos han reducido su plantilla y la empresa es la que está tirando de esas posiciones». «La tendencia se ha invertido y hoy estas contrataciones representan el 90% cuando en 2008-2009 no superaban en 20%», afirman las dos especialistas.
Las empresas demandan abogados in house, es decir, profesionales con una amplia proyección internacional, dominio de idiomas y experiencia demostrada en el sector en el que se desenvuelve la empresa que demanda sus servicios, valorando positivamente que también haya trabajado en el extranjero debido a que su objetivo inmediato es la reducción de costes y la proyección internacional.
Situación actual
Hoy en día los servicios se diversifican, las empresas se internacionalizan, ya que Internet crea lazos entre empresas distantes geográficamente y los clientes pueden residir en cualquier parte del mundo; por ello, tener un abogado in house es una gran ventaja ya que implica contar con un profesional cualificado en plantilla, experto en la materia, conocedor de los entresijos de la empresa y que además ofrece una garantía absoluta de confidencialidad, algo que no siempre puede asegurarse con la contratación de externos.
Requisitos que se le exigen a un abogado in house
Los procesos de selección de abogados ‘in house’ son rigurosos ya que se buscan perfiles con una posición muy determinada, una visión general de asesoramiento jurídico, capacidad de focalizarse en un único cliente y, según Virginia Villena y Pilar Moreno «el valor añadido de que venga del sector de la empresa que ofrece la vacante. Bien porque trabaja en la competencia o porque ha trabajado en empresas similares, conoce contratos y problemáticas».
Un abogado in house va a formar parte del organigrama de la empresa por lo que es esencial no sólo que tenga un conocimiento específico y especializado sobre una rama jurídica concreta sino además conocimientos sólidos en diversas ramas jurídicas, así como formación en materias que tengan una conexión directa con los negocios que realiza la empresa en concreto y con el mundo empresarial en general.
Es decir: un perfil multidisciplinar. Sólo de este modo podrá aportar un asesoramiento completo ya que contará con una visión amplia de la situación que se le está planteando, aportando soluciones a corto y largo plazo. La visión estratégica le permitirá detectar los riesgos y evitarlos, una ventaja que cada vez valoran más empresas debido a que ahorra costes y problemas legales a largo plazo.
Los empresarios han advertido la desventaja que puede presentar la contratación de servicios jurídicos una vez que ha estallado el problema ya que no siempre es solucionable y, en el caso de que lo sea, el proceso puede ser largo y costoso; por eso prefieren evitarlos adoptando una serie de precauciones gracias al adecuado asesoramiento de profesionales como los abogados in house.
Rasgos de la personalidad
La visión estratégica unida a la agilidad para adoptar decisiones rápidas ante situaciones complejas imprevistas pueden ser innatas, no cabe duda, pero en la mayoría de las ocasiones es el resultado de la experiencia; éste es el motivo por el que las empresas demandan profesionales con una trayectoria profesional sólida.
No son los únicos rasgos de la personalidad que valoran en un profesional para seleccionarlo como abogado in house: la fluidez en la comunicación evitando tecnicismos innecesarios, el aporte de soluciones explicadas de manera directa y sencilla, la capacidad de empatizar con el cliente creando un clima de confianza mutua de manera que se consiga la fidelización (tan necesaria en un mundo competitivo como el actual), asegurarán una valoración positiva de la candidatura.
No cabe duda que lo único que le importa a la empresa es su supervivencia y crecimiento, por ello necesitan un profesional que se integre en ella como una pieza del engranaje que garantice el correcto funcionamiento de éste. El abogado in house debe aportar imparcialidad, objetividad y ética, pero también buscar la consecución de los objetivos estratégicos de la empresa, aportando ideas para dibujar las líneas maestras del negocio, marcando los posibles caminos a seguir y señalando los más adecuados para el crecimiento de éste.
Todo un reto profesional.